Entre zarzas de espinas,
con perlas negras,
voy regando el camino,
vociferando una queja.
La muerte me acompaña,
ella es mi compañera,
con su guadaña al hombro,
sin nada que pronunciar,
solo un silencio profundo,
es su respuesta.
Con los ojos vidrioso,
desafiando la espera,
y mirándola de frente,
con la fuerza de una guerrera,
la respuesta es rotunda,
que aun no es el día,
“Espera”
Que he de vivir este mundo,
de oscuridad y tinieblas,
queriendo dejar salir la luz,
pero los temores no lo deja,
y ese calor del amor,
en la fría noche se queda,
esa que con su espesura,
y sombras negras
quiere ocultar el dolor,
pero el dolor siempre está ahí,
es perenne, no desaparece.
Porque cuando es tan inmenso,
solo la muerte,
se lo lleva
AUTORA: SALINA.
DERECHOS RESERVADOS
con perlas negras,
voy regando el camino,
vociferando una queja.
La muerte me acompaña,
ella es mi compañera,
con su guadaña al hombro,
sin nada que pronunciar,
solo un silencio profundo,
es su respuesta.
Con los ojos vidrioso,
desafiando la espera,
y mirándola de frente,
con la fuerza de una guerrera,
la respuesta es rotunda,
que aun no es el día,
“Espera”
Que he de vivir este mundo,
de oscuridad y tinieblas,
queriendo dejar salir la luz,
pero los temores no lo deja,
y ese calor del amor,
en la fría noche se queda,
esa que con su espesura,
y sombras negras
quiere ocultar el dolor,
pero el dolor siempre está ahí,
es perenne, no desaparece.
Porque cuando es tan inmenso,
solo la muerte,
se lo lleva
AUTORA: SALINA.
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