domingo, 30 de enero de 2011

HOJAS SECAS

Vuelan las hojas al viento,
queriendo atrapar,
entre ellas,
los pensamientos.
Todo el sentir del corazón,
y de la vida…
retazo y fragmentos.
Pero solo recoge,
ilusiones, soledades,
corazones rotos,
y con desaliento.
Que ironía tiene la vida,
¡cuánto dolor!
Lleva el pensamiento.
Las ilusiones revolotean,
entre las hojarasca,
llevándosela...
“una simple”
ráfaga de viento.
Esfumándose su magia,
entre la brisa del tiempo.
Mientras que los sueños,
se elevan adormecidos,
al cofín del universo,
"dejando la mente"
siempre libre
para que,

se pueda inventar,
nuevos sueños.


AUTORA: SALINA
DERECHOS RESERVADOS

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EMBRUJO Y HECHIZO


En mi mente,
te llevo gravado,
a fuego vivo,
y en mi piel,
tú nombre tatuado,
colmadito de suspiros.
-Y tú me dices mi amor,
como es que mi ser,
“aun te ama”
Como es que la distancia,
no borra todo vestigio.-
Y yo te digo mi vida,
porque penetraste,
muy dentro de mí,
desde el principio.
No solo te llevo,
gravado en mi mente,
como ya te he dicho.
También,
el aire que respiro,
sin ti no sería lo mismo.
Te veo”
en todo lo que me rodea,
y con el aire amor,
siento tus besos,
que hacen recorrer,
por mi piel escalofríos.
Y cuando me quedo ausente,
con la mirada,
puesta en lo infinito,
creo ver tus ojos negros,
y el amor,
en ellos prendido.
"sintiendo"
como cala dentro,
muy dentro de mi...
tu embrujo y tu hechizo.

AUTORA: SALINA
DERECHOS RESERVADOS

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RECUERDOS


Hoy cuando estoy,
en la mitad de mi vida,
a mi mente afloran los recuerdos,
de lo que viví siendo niña.
Era juguetona y traviesa,
como lo suelen ser…
Pero mi alma,
atesora lo más valioso,
“el amor”
que mi madre me tenía.
Aunque con pocos años,
su piel estaba gastada,
arrugada y marchita.
Pero en mi tierna infancia,
yo veía como por su cara,
corrían con gran dolor,
unas perlas,
"blancas y cristalinas"
¡Con gran inocencia!
siempre le preguntaba,
¿por qué lloras madre mía?
Y ella con una media sonrisa,
“me decía”
-¡No te apenes tú mi cielo!
Que mis ojos no lloran,
los tengo enfermos de rijas-
Nos abrazábamos con amor,
Cambiando,
el dolor por la risa,
ella pensando…
“que me engañaba”
y yo haciéndole ver,
“que me lo creía”.
Jugando de ella siempre cerca,
mis ojos puestos en el juego,
pero su sombra,
siempre prendida en mis pupilas,
cuando esta se esfumaba,
como loca yo corría,
¡buscándola!
Para que no se perdiera,
¡buscándola!
Para que su dolor, no la hiciera,
cometer una tontería.
Aunque tenía hermanos,
en mí mundo, solo ella existía.
Ella era la luz de mis ojos,
ella era mi sol y mi vida,
y cuando...
mis retinas no la vislumbraba,
con ansias yo la buscaba,
¡con ansias y con agonía!
Cuando la encontraba
siempre la veía sentada,
cerca del tren y sus vías.
Sentándome junta a ella,
“tomaba”
sus manos entre las mías.
¿Qué haces aquí mi viejita?
Ven conmigo a la casa,
que la calle está muy fría.
Y con tristeza en sus ojos,
siempre me decía,
-ve tu hija mía.
Que estoy…

 Cansada de este mundo,
que estoy cansada de esta vida.-
Pero era tan fuerte,

 nuestro amor,
que siempre la convencía,
abrazándonos las dos,
le decíamos a Dios,
Padre ayúdanos,
para afrontar un nuevo día.
Todo lo tengo en mi mente,
su amor y su sabiduría.
¡Solo tenía unos siete años!
Pero jamás se me olvidara,
ese camino que casi a diario,
mi madre con su dolor recorría.
Ese que la llevaba a la estación,
con su tren y con sus vías.
Esto es una realidad,
de algunos recuerdo,
de cuando yo era muy niña
no son invenciones de la mente,
ni son de la pluma fantasías,
es una realidad latente,
que llevara siempre...
el alma mía.

AUTORA: SALINA.
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