"Esa, o Ese"
sin fijarse en nada va por la vida,
eso creen algunas miradas,
eso creen los que lo miran,
los que lo ven pasar piensan.
Esa, o, ese
no tienen sentimiento.
En nada se fija.
Va siempre pensando,
y mirando en sus adentro.
No ve lo que pasa a su alrededor,
no ve lo que pasa por la vida.
Esa, o ese,
no ven al mendigo que pide,
no mira al niño que llora,
ni escucha a la madre que grita.
No ve los ojos de la anciana,
no ve la mano del ciego,
pidiendo una mano amiga,
que su caminar corrija.
Esa, o ese,
¡escribe! no digáis tontería…
Escribe bellas poesías.
Esa, o, ese,
tienden su mano cuando nadie lo mira.
Da una sonrisa y quita lágrimas,
poniendo en la cara alegría.
Coge al niño y lo inunda de caricia,
cuando nadie lo mira.
Esa, o ese,.
Oculto en las sombras de la noche,
presta sus ojos al ciego,
para que no tropiece con las esquinas.
Esa o Ese
da palabras de amor al que grita,
y al mendigo del poco pan que tiene,
lo comparte cada día.
Esa, o ese,
de los ojos de la anciana,
cada día
inundando de amor su vida
adsorbe de ellos todo lo vivido,
toda su sabiduría,
llenándose de su ternura,
y de esa fe en Dios vivida.
Mientras que todos aquellos,
que lo ven pasar,
siempre creen que no los mira.
Por eso su pluma,
refleja en sus letras el sentir,
de esos corazones que mira.
Aunque crean cuando lo ven pasar,
Que es un loco,
o una loca despistada.
Pero sin que nadie lo perciba,
simplemente escribe y mira.
sin fijarse en nada va por la vida,
eso creen algunas miradas,
eso creen los que lo miran,
los que lo ven pasar piensan.
Esa, o, ese
no tienen sentimiento.
En nada se fija.
Va siempre pensando,
y mirando en sus adentro.
No ve lo que pasa a su alrededor,
no ve lo que pasa por la vida.
Esa, o ese,
no ven al mendigo que pide,
no mira al niño que llora,
ni escucha a la madre que grita.
No ve los ojos de la anciana,
no ve la mano del ciego,
pidiendo una mano amiga,
que su caminar corrija.
Esa, o ese,
¡escribe! no digáis tontería…
Escribe bellas poesías.
Esa, o, ese,
tienden su mano cuando nadie lo mira.
Da una sonrisa y quita lágrimas,
poniendo en la cara alegría.
Coge al niño y lo inunda de caricia,
cuando nadie lo mira.
Esa, o ese,.
Oculto en las sombras de la noche,
presta sus ojos al ciego,
para que no tropiece con las esquinas.
Esa o Ese
da palabras de amor al que grita,
y al mendigo del poco pan que tiene,
lo comparte cada día.
Esa, o ese,
de los ojos de la anciana,
cada día
inundando de amor su vida
adsorbe de ellos todo lo vivido,
toda su sabiduría,
llenándose de su ternura,
y de esa fe en Dios vivida.
Mientras que todos aquellos,
que lo ven pasar,
siempre creen que no los mira.
Por eso su pluma,
refleja en sus letras el sentir,
de esos corazones que mira.
Aunque crean cuando lo ven pasar,
Que es un loco,
o una loca despistada.
Pero sin que nadie lo perciba,
simplemente escribe y mira.
AUTORA: SALINA.
DERECHOS RESERVADOS
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