EL aire mortecino,
lleva contigo,
en la palidez,
de tus mejillas.
El brillo de tus ojos,
es opaco,
y un silencio profundo,
es tu tumba.
Nada tienes que llevar,
para el viaje,
de las riquezas,
que atesoraste,
en esta vida.
Solo el amor,
es el pasaje,
para pagar al barquero,
que te a de cruzar,
a la otra orilla.
Los seres que te amaron,
y te precedieron,
te esperaran,
para darte la bienvenida,
en la otra vida.
Los brazos, y el corazón
Del Padre Eterno,
estarán
para entregarte,
su amor y su ternura.
“De eso”
Puedes estar bien segura.
AUTORA: SALINA.
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