MIS ENTENDEDERAS

La vida… es lastimera,
la vida hace daño,
la vida es una quimera.
Se mira el día solano,
sintiendo,
en el alma el desanimo,
pero trillando,
en la sementera.
Y escuchando a lo lejos,
el graznido del grajo
que nada bueno presagia,
que algo malo se acerca.
“Mientras que el sudor”
va regando los surcos,
de esa tierra reseca.
¡Qué duro es!
El trabajo del campo,
“pero el que echo”
sus dientes en el,
con dolor aun lo venera.
Porque la nobleza,
del corazón,
la curte la dura tierra.
En ella se ve la luz,
de esos ojos que la siembra.
Y cuanta sabiduría tiene,
cuando se le sabe amar,
de veras…
la Ciudad es otra cosa,
nadie se detiene un momento,
nadie nunca espera.
Todos van a lo suyo,
nadie en los corazones penetran.
Porque están muy ocupados,
sintiendo como la sangre,
corre por sus venas.
Los de Ciudad suelen ser,
buenos entendidos,
¡Pero!
de las gentes del campo,
yo me maravilloso,
aunque sea,
con medias lenguas.
Y esas tertulias en las ventas,
que están a pie de carretera.
“No la cambio”
por la mayor de las Ciudades,
porque no sabría vivirla.
Ni entenderla…
mis entendederas.

AUTORA: SALINA.
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